viernes, 23 de octubre de 2020

CONTAMINACION QUIMICA


Se entiende por contaminación química, o también riesgo químico, a la capacidad de ciertos elementos y sustancias generalmente de uso industrial, para introducirse en otros compuestos, tejidos orgánicos e incluso ecosistemas, ocasionando cambios imprevisibles y a menudo tóxicos o letales, como consecuencia de reacciones químicas descontroladas.

Origen de la contaminación química

La presencia de elementos químicos o sustancias químicas de manera descontrolada en los ecosistemas terrestres se ha dado a lo largo de su historia geológica en múltiples ocasiones, especialmente como consecuencia de largos períodos de actividad volcánica o, inclusive, de la aparición y florecimiento de la vida vegetal fotosintética, que de manera paulatina llenó la atmósfera terrestre de oxígeno gaseoso.

Sin embargo, en su brevísima historia sobre el planeta, el ser humano ha alterado el balance de los ecosistemas de manera mucho más rápida y radical, debido a la puesta en marcha de las industrias, especialmente luego de la Revolución Industrial del siglo XVIII.

Causas 

En su mayoría, las causas de la contaminación química son de fuente humana. Existen también materiales químicos arrojados desde el subsuelo por los volcanes y géiseres, pero estos eventos son más infrecuentes y a menudo le dan a la naturaleza el tiempo necesario para recuperarse del daño ecológico.

En cambio, la cantidad de sustancias que vertimos los seres humanos al aire, agua y tierra día tras día son más abundantes, difíciles de eliminar y por lo tanto nocivas a mediano y largo plazo. El vertido indiscriminado de aguas residuales o de gases y sustancias a los ríos, al aire o a los mares proviene no solo de las grandes fábricas, sino del escape de los automóviles, de productos comerciales desechados y de plantas de energía.

Consecuencias 

La contaminación química puede ocasionar
 fenómenos como la lluvia ácida.
La contaminación química tiene graves consecuencias en el balance molecular de los ecosistemas y de la vida misma, tales como:





  • Elevados niveles de toxicidad. Lo cual acarrea muertes masivas de especies animales o vegetales o microscópicas, destruyendo el balance trófico (alimenticio) de un ecosistema determinado, y disminuyendo su biodiversidad.
  • Enfermedades crónicas. Tales como el cáncer, las insuficiencias respiratorias, los daños a la piel, etc., tanto en el ser humano como en los animales y plantas.
  • Reacciones químicas impredecibles. Al introducirse en los ciclos meteorológicos y climáticos, estas sustancias pueden producir reacciones inesperadas que dan origen a fenómenos como la lluvia acida, por ejemplo, en la que en lugar de llover agua, llueve un ácido muy leve que causa daños materiales.
  • Acumulación bioquímica. Determinados contaminantes pueden almacenarse en el cuerpo de los seres vivos, viajando así de un lugar a otro a medida que un animal devora a otro, y llegando eventualmente a nuestra propia comida, para introducirse en nuestros cuerpos y ocasionarnos enfermedades.

Principales contaminantes químicos

Los principales contaminantes químicos de la actualidad son:

  • Metales pesados: Elementos metálicos empleados en la fabricación de herramientas, tuberías y otros usos industriales, capaces de desprender con el tiempo partículas que terminan suspendidas en el aire, en el agua o como parte de la comida, y que a la larga pueden causar envenenamiento o incidencias de cáncer.
  • Pesticidas químicos: Sustancias empleadas en la industria agrícola y que cumplen la función de proteger los cultivos de insectos, bacterias o incluso de hierbas que puedan arruinarlos, pero que además tienen una presencia residual en las aguas subterráneas y en los propios alimentos, haciéndolos ligeramente tóxicos para el consumo.
  • Residuos de medicamentos: El desecho de medicamentos vencidos o innecesarios debe darse a través de mecanismos adecuados, o de lo contrario sus componentes activos irán a parar al medio ambiente, convirtiéndose así en contaminantes bioquímicos.
  • Desechos comerciales: El contenido químico de baterías (pilas), productos en aerosol, desinfectantes y otros productos de uso cotidiano en nuestros hogares van casi siempre a dar al medio ambiente y, en grandes proporciones, se convierten en fuente de sustancias químicas nocivas.

¿Cómo prevenir la contaminación química?

La contaminación química exige medidas firmes de parte de las sociedades para reducir la cantidad de materiales nocivos que se vierten al medio ambiente de manera cotidiana. Esto puede significar:

  • Controles gubernamentales estrictos para las industrias químicas, petroquímicas y siderúrgicas respecto al manejo de aguas residuales, vapores y desechos.
  • Castigos ejemplarizantes para quienes acarreen daños ambientales mediante el pobre o irresponsable manejo de sustancias químicas.
  • Prohibición de comercialización de productos con elementos químicos nocivos, fomento al consumo de alternativas eco-saludables y estrategias de reciclaje para que dichos productos no acaben en el medio ambiente.
  • Prohibición o control de los agro tóxicos e impulso de estudios independientes, objetivos y autofinanciados que evalúen cada producto antes de su uso masivo.
  • Sistemas de reciclaje de materiales peligrosos: pilas, medicamentos, envases vacíos de aerosol, etc.
  • Campañas de concientización para que la población entienda los riesgos de la contaminación química.

 

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